Árbol Verde de Jáchal vive uno de los momentos más intensos de su historia reciente. El equipo no solo se quedó con el primer lugar de la Zona 8 del Torneo Regional Amateur 2025/26, sino que además mantiene su protagonismo en la Liga Jachallera, donde es el vigente tricampeón y está nuevamente en semifinales. En medio de ese doble desafío, emerge la voz de uno de sus referentes: José “Toto” Femenía.
Desde la humildad y el trabajo diario, Femenía reconoce que el grupo se propuso desde el primer día terminar primero en la fase inicial del Regional, una meta que para los jugadores no fue sorpresa, pero que para mucha gente del departamento se vivió como una auténtica hazaña. “Tenemos un grupo humano ambicioso y competitivo, que quiere estar siempre en lo más alto”, asegura.
El próximo rival en los octavos de final será Peñaflor, un viejo conocido con el que disputaron la última final de la Copa de Campeones. “Es un gran equipo, con un estilo que no negocia. Pero nosotros tenemos lo nuestro. Estamos tranquilos y creemos que podemos llegar más lejos”, explica el volante, que destaca la identidad futbolística que les permitió construir su campaña.
A este calendario exigente se suma otro detalle: Árbol Verde lleva cuatro semanas jugando cada 72 horas debido a la doble competencia. “Jugamos tres partidos en seis días. Una locura. Pero nos encanta el fútbol y estamos en esta instancia porque hacemos las cosas bien”, relata Femenía mientras recuerda viajes, desgaste y la famosa Ruta 40 Norte, que ya recorren casi con los ojos cerrados.
El estilo de juego del fútbol jachallero, basado en la presión constante y la intensidad física, también aparece en la conversación. El mediocampista reconoce que enfrentarse a equipos de estilos distintos, como Peñaflor, genera un desafío atractivo. “Va a estar bueno, ellos tienen lo suyo y nosotros también. En los últimos años nos hemos adaptado muy bien.”
Pero tal vez el tramo más emotivo de la charla llega cuando Femenía abre la puerta a su vida personal y deportiva. Después de una lesión grave en Unión y meses sin jugar, encontró en Jáchal un nuevo comienzo. “Nunca disfruté tanto como ahora. Jachal me devolvió las ganas de competir. Mi último y mejor club va a ser Árbol Verde.”
El sueño de llegar lejos en el Regional también está presente. “Soñar no cuesta nada. Te vas a dormir sabiendo que no estás muy lejos. Las posibilidades están”, confiesa. El plantel lo sabe y su gente también: el sueño de ver a Árbol Verde en el Federal A no parece una utopía, sino un objetivo que se trabaja día a día.
El cierre de Femenía queda flotando como una promesa y una declaración de principios: “Habrá señales, seguro”.
Y en Jáchal, cuando alguien dice que habrá señales, es porque el camino ya empezó.